Esta
es la primera vez que hago las flores, y me ha sorprendido lo
fáciles que son de hacer. Pensaba que era mucho más complicado.
Hace 18 años que me diagnosticaron la celiaquía y estoy segura que sin gluten no las he probado, porque creo que ni las hay aquí. Pero las gluteneras, no recuerdo si las he comido alguna vez de pequeña en alguna feria. Así que no sé si sabrán igual que éstas.
Vamos con la receta!! Con estas cantidades salieron 2 docenas de flores con el molde mediano, en la ferretería había dos tamaños y cogí el mediano (no el grande). Necesitaréis comprarlo, pero no es muy caro (poco más de 4€ me costó a mí) y dura toda la vida. Este es el artilugio:
Importante: no debe lavarse con productos agresivos ni estropajos de acero. Solo hay que limpiarlo lo justo para quitarle los restos y secarlo. Después hay que dejarlo aceitado guardado en una bolsita, para que no se oxide.
Estos días ha publicado su receta de flores mi amiga Aroa, en este caso sin gluten, sin lactosa y sin fructosa. Os animo a visitar su blog, Intolerancias Mil que podéis ver aquí. No llevan anís y tienen cobertura de chocolatito!!
Ingredientes: (Recordad que tenéis que aseguraros que todos sean sin gluten y sin trazas)
1 huevo
100 ml de leche
50 ml de anís
100 gr de almidón de maiz
100 gr de fécula de patata
Ralladura de un limón
1 pizca de sal
Aceite de girasol para freír
Azúcar/Sucralosa en polvo para decorar (opcional)
Preparación:
Ponemos a calentar dos cazos con bastante aceite de girasol. Es necesario que el aceite cubra todo el molde y lo mantenga caliente.
Preparamos la masa poniendo todos los ingredientes en un recipiente. Batimos bien la mezcla con unas varillas y nos ponemos manos a la obra.
Una vez caliente el aceite, bajamos la temperatura del cazo donde metemos el molde: lo puse en el 2 de 9 (en mi cocina). Con el cazo donde freiremos las flores, cuando esté caliente el aceite, también haremos lo mismo: bajamos el calor al 6-7 de 9.
Muy importante: se hacen en cuestión de segundos. Así que antes de empezar a freír, es imprescindible tener preparado un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Hemos de tener en otro plato una espumadera y un tenedor (se usa para ayudarnos a despegar las flores si hace falta).
Mojamos el molde en la masa, pero no se puede sumergir entero. Meted algo más de la mitad.
Dejamos que escurra un segundo para que no gotee y lo metemos en el cazo con el aceite caliente hasta que se despegue la flor. Podemos ayudarnos con el tenedor.
Es probable que la primera se quede un poco pegada (a mí me pasó) pero las siguientes, se desprenderán casi solas.
El molde lo dejamos mientras tanto en el otro cazo con el aceite caliente, para que no se enfríe.
Dejamos que se haga la flor hasta que coja color y le damos la vuelta. En unos segundos se habrá hecho porque son muy finitas, así que tendremos que sacarla rápido con la espumadera y ponerla en el plato con papel absorbente.
Repetimos la operación hasta que acabemos la masa.
Os he preparado este vídeo para que veáis todo el proceso:
Una vez listas, las rebozamos con azúcar, sucralosa o el edulcorante de vuestra elección.
Ya sé que la masa lleva anís (con su azúcar correspondiente), pero una cosa es comer una flor o dos si tienes diabetes, que llevan poco dulce, y otra muy diferente comerla bañada en azúcar.
Espero que os gusten.
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