Aunque ahora se han puesto de moda, nosotros hace ya varios años que tenemos la nuestra freidora. La que tenemos es de Lidl, pero podéis encontrar en el mercado infinidad de marcas, modelos, diferentes capacidades y modelos.
Es una compra totalmente recomendable, porque vais a comer de forma mucho más saludable, al no freír los alimentos en un montón de aceite, que la comida absorberá.
Os recomiendo que compréis estos discos de papel perforado, para alargar la vida de vuestra freidora y evitar que se peguen los alimentos.
Ingredientes: (Recordad que tenéis que aseguraros que todos sean sin gluten y sin trazas)
1 kg de costilla de cerdo
Sal
Pimienta blanca molida
Ajo en polvo
Perejil
Aceite
Preparación:
Sacamos la costilla de la nevera con al menos una hora de antelación, para que esté a temperatura ambiente a la hora de cocinarla.
Cortamos la costilla en trocitos. Nosotros le pedimos a nuestra carnicera que le haga un corte a la tira a lo largo, para que quepa más cantidad en el cesto de la freidora.
Una vez que tengamos los trocitos separados, los adobamos con sal, pimienta, ajo y perejil. Si lo podéis hacer el día anterior, podéis dejarlas ya listas en un recipiente tapado en la nevera. Añadimos una cucharada sopera de aceite de oliva y removemos bien.
Precalentamos la freidora a 200º, este es un paso importante para que los alimentos se cocinen bien.
Cuando esté caliente (en la nuestra cambia la luz que tiene de naranja a verde), colocamos nuestro papel y ponemos encima la costilla.
Cocinamos a 200º unos 40-45 minutos, dándole la vuelta a la carne de vez en cuando para que se doren todos los trocitos por igual. Controlad el tiempo, ya que variará un poco según la potencia de vuestra freidora.
Una vez que esté lista, la servimos con el acompañamiento que elijáis y a disfrutar.
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