Esta receta surgió ayer de la experimentación, modificando otra receta que hacía habitualmente (Pan marroquí sin gluten en sartén) porque me apetecía añadir harina de trigo sarraceno, porque me encanta el sabor que le da al pan.
A veces los experimentos son un desastre, pero otras veces te llevas sorpresas muy agradables, como en este caso.
Ingredientes: (Recordad que tenéis que aseguraros que todos sean sin gluten y sin trazas)
280 gr de harina Schär Mix B
50 gr de harina de trigo sarraceno
330 ml de agua templada
15 gr de levadura fresca de panadería
1 cucharada sopera de aceite de oliva
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de sal
Preparación:
Comenzamos la preparación disolviendo el azúcar en el agua templada con el aceite, y añadiendo la levadura desmenuzada. Reservamos para que vaya espumando.
En otro recipiente mezclamos bien los ingredientes secos: las dos harinas tamizadas y la sal.
Mezclamos todos los ingredientes con ayuda de una espátula durante unos minutos, hasta que esté todo muy bien integrado y no haya grumos. La textura que debe quedar es cremosa, como un helado.
Tapamos la masa para que no entre aire (yo con mi gorro de ducha que tengo solo para las masas) y dejamos que leve en un lugar donde no haya corrientes de aire. Si hacéis el pan cuando haga frío, podéis meterlo dentro del horno apagado, después de haberlo tenido encendido a 50º grados durante la preparación.
Cuando haya pasado una media hora (puede necesitar algo más, no pasa nada!! dadle tiempo), lo tenéis listo. Veréis que ha doblado su volumen y que este es el resultado:
Dividimos la masa en 6 y 8 porciones y formamos montones de masa para hacer los panecillos. Los he puesto sobre un papel de horno pincelado con aceite, para poder despegarlos después fácilmente.
Yo les he dado forma con las manos mojadas, para que no se pegase la masa. Cuando veía que se pegaba, volvía a mojarlas. Pero podéis ayudaros con un poco de harina de arroz para darles forma, como os sea más cómodo.
Tapamos con un paño y dejamos levar 1 hora en un lugar cálido. Ojo! pincelad con un poco de aceite o espolvoread con un poco de harina para que nos se os pegue el paño.
Cuando haya pasado este tiempo, calentamos una sartén o plancha con un poco de aceite de oliva. Asamos los panecillos (los despegamos del papel con ayuda de la espátula) a fuego medio: mi cocina marca 9 como máximo y los he cocinado al 5. Los haremos 4 minutos por cada lado.
Los sacamos y los dejamos enfriar un poco sobre una rejilla.
Os recomiendo que los que no vayáis a consumir, los congeléis ya abiertos por la mitad, para poder sacarlos cuando queráis y tenerlos listos para calentarlos en la tostadora, en el micro unos segundos o en incluso en una sartén.
Espero que os gusten.
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